En redes sociales se ha vuelto a poner de moda un cortometraje rodado hace 41 años que los internautas están visualizando de manera masiva. Se trata de un plano-secuencia subjetivo de ocho minutos y medio rodado por el director francés Claude Lelouch desde una cámara instalada en el frontal de un vehículo. Y aquí viene el principal error: el automóvil portador de la cámara no era un Ferrari 275 GTB como se afirma de manera categórica. En realidad, solo se escucha el sonido de su motor, audio que se sincronizó y ajustó de manera muy poco profesional a la toma original.
La película, titulada ‘C’etait un rendez-vous’ (Era una cita) se rodó al volante de un Mercedes 450 SEL 6.9 automático de tres velocidades y con suspensión hidroneumática, lo que permitía que la imagen apareciera estabilizada de manera aceptable (por eso se buscó ese vehículo en concreto). Hay que tener en cuenta que la tecnología tipo GoPro se desarrolló bastantes años después.
El film ha sido puesto como ejemplo de lo que se puede hacer en cine con simplicidad e imaginación (para bien) y de lo que no se debe hacer con un coche (para no tan bien). Atravesar París en un recorrido de 12.6 kilómetros a toda velocidad (hay planos a más de 200 km/h), en ocho minutos y saltándose 16 semárofos en rojo fue toda una temeridad, por mucho que se rodara a las 5,30 de la mañana de un día de agosto. De hecho, tras el rodaje, Lelouch fue detenido acusado de varios delitos contra la seguridad.
Al margen de todo esto, y aclarado el error repetido del Ferrari (que nunca lo fue), el corto es imprescindible para aficionados a la velocidad, y para los cineastas que quieran ver un experimento de calidad.