La Historia ha sido testigo de caprichos del destino como el que vivió en persona el piloto norteamericano Ray Harroun. Corredor habitual de las competiciones en circuito, fue el flamante vencedor de las primeras 500 millas de Indianápolis y, también, el primero en utilizar un espejo retrovisor instalado en un vehículo. Pero quizás, como paradoja de su propio destino, no volvió a ganar ninguna carrera más en su vida deportiva. ¿O es que realmente la ganó su espejo retrovisor?
Esta es mi última aportación a La Escudería. El resto del artículo, como siempre, en http://www.escuderia.com